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Pero en medio de todo, desprevenida, fui a ver María Antonieta, donde Coppola hija me abrió los ojos dormidos por un verano no especialmente cinematográfico. El film me pareció impactante, lleno de belleza y de riesgos, directo y verdadero. Habrá que ir tras las huellas de esta chica Coppola parece, que cada vez me trae más y mejores ideas. Cierto es que también su aburrimiento intenso puede resultar deprimente, y de eso tendremos que cuidarnos, ya que incluso tras los mejores vestidos se dejan ver los deseos de morir de la muchacha tras la cámara. Gélida.
No escribo sobre películas. Sólo menciono cuando intervienen, como cualquier otra forma de arte, en mi vida, atravesándola. No quisiera convertirme en un crítico de blog. No soy quién, no me quedaría lindo. Aclaro.
Tengo nuevos asuntos por tratar. Pronto. Hasta pronto.