sábado, febrero 2

Sueños nada más

Hace unos meses fui al homeópata y me dijo que escribiera mis sueños. Yo le respondí que nunca recordaba lo que soñaba. Entonces me dio unas gotitas llamadas "natrum muriáticum" y después de tomarlas durante unos pocos días, volví a soñar...

Hoy soñé otra vez con Andrés Le Comandant. No es un sueño nuevo. Me lo encuentro habitualmente en aquellas tierras y conversamos. Esta vez, yo estoy en un concierto suyo, un rato antes de comenzar, y me lo encuentro paseando por ahí, disfrazado de persona común, con lentes negros y el pelo aplastado. El se divierte caminando entre la gente sin ser reconocido y eso me hace reír. Le cuento que por fin hemos logrado tener su canción en nuestra película, le cuento de qué va la película y cuál es la canción suya que incluiremos. El, la verdad, no parece muy interesado en este asunto y me aclara que no le gustan ciertas películas que él cataloga extrañamente bajo una palabra que ahora no recuerdo, pero que me hace pensar en road movies livianas. Le aclaro que esta no es una de esas (???) e intento contarle de qué va la parte donde pondremos Estadio. Pero no lo consigo puesto que (señores) hay que verla.

Otras veces, en sueños, me he cruzado con AC (es que de día, en estos tiempos, escucho mucho tiempo sus canciones). También suelo soñar (ahora no, hace tiempo) con mi padre. Y cuando llegan épocas de desafíos y asuntos que me dan miedo, sueño con el mar, tengo pesadillas con agua. El agua me lleva. Prefiero soñar que converso con Calamaro, me despierto mucho más contenta.

Adiviná con quién volví a soñar? Le digo a Ariel al levantarme.
Con Calamaro, me responde resignado.

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